Farmacologia actual de No2

Mecanismo de acción y formas de empleo

La única vía de administración del óxido nitroso es pulmonar. Por lo general se inhala una mezcla de 65% de oxígeno y 35% de óxido nitroso. La administración de óxido nitroso a 100% puede producir asfixia y muerte. Su mecanismo de acción consiste en llegar al cerebro a través de las vías respiratorias y disminuir la actividad normal de las neuronas. Dependiendo de su concentración puede ocasionar: analgesia, excitación, anestesia quirúrgica (que se manifiesta por pérdida de la conciencia y amnesia) o depresión total del sistema respiratorio (que sin apoyo artificial produce coma y muerte).




Usos terapéuticos

Aunque tuvo grandes usos terapéuticos como anestésico general durante intervenciones quirúrgicas, está siendo desplazado por la aparición de otros gases como el metoxifluorenato y el isofluoretano.


Dosificación

Los anestesistas calculan las dosis de los gases anestésicos en función de sus concentraciones dentro de la sangre, el cerebro y los alveolos. Para que el óxido nitroso llegue a provocar anestesia, su concentración alveolar debe acercarse al 100%. Esto supone una administración ininterrumpida durante varios minutos, cosa que no ocurre cuando lo que se busca son sus efectos lúdicos. Lo más común en estos casos es aspirar el gas, esperar la reacción mientras se retiene la respiración y exhalar cuando los efectos se desvanecen o ya no sea posible contenerse. Debido a ello resulta bastante difícil alcanzar siquiera el estado de anestesia.
Efectos psicológicos y fisiológicos

Con dosis pequeñas los efectos psicológicos del óxido nitroso consisten en la supresión de sensaciones de dolor y la característica hilaridad. El consumidor puede exhibir un rostro sonriente o caer en un ataque de risa incontrolada. Con dosis medias, suministradas por aspiraciones más profundas, se experimenta una primera fase de excitación cordial, como ocurre con las bebidas alcohólicas, que posteriormente se convierte en sedación y sopor. En usos extra-médicos, puede decirse que el usuario busca ambos efectos; el primero proporciona audacia y el segundo una afectación del pensamiento que se asocia con la pérdida de sentido crítico.

Un consumidor anónimo relata de esta forma su primera experiencia con óxido nitroso:

Después de varias aspiraciones profundas de aire, casi llené mis pulmones con óxido nitroso, saqué algo de aire y retuve la respiración. En cuestión de segundos, se puede sentir un suave tintineo que parece incrementar su frecuencia. La sensación es como si las olas estuvieran subiendo por tu cuerpo o como si estuvieras girando en espiral o rotando. La desorientación se incrementa rápidamente y el sonido/sensación pulsante aumenta, rodeándose una sobre otra. Es ahora, con los ojos cerrados, que entro en un estado parecido al sueño, cuando estoy pensando en algo y el mundo externo ha dejado de existir esencialmente. La urgencia de respirar irrumpe en cierto punto y respiro parcial o completamente. Los ojos abiertos revelan la visión de alguna clase de túnel, con regiones de desorientación respecto a lo que hay afuera. Lentamente la pulsación llega a su fin.




Los efectos fisiológicos de este fármaco son los mismos que los de otros anestésicos inhalables: reducen la presión arterial, el ritmo cardiaco y respiratorio, así como la circulación hepática y renal. La toxicidad del óxido nitroso proviene de inhibir la producción de glóbulos blancos en la médula espinal.

Potencial de dependencia

Su potencial de dependencia física es muy bajo y no se han reportado casos de tolerancia o síndrome de abstinencia. La dependencia psíquica es poco común. Según se sabe, con este fármaco el autogobierno resulta sencillo. Basta interrumpir la inhalación tan pronto como los efectos eufóricos cedan paso al sopor, y no reiterar la administración más de dos o tres veces, aunque el efecto de cada una sea bastante breve. Su acción sobre la médula espinal recomienda espaciar bastante las tomas.

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